Existen canciones que nos producen relajación, otras nos dejan algo melancólicos y otras tantas que nos cargan las pilas y nos activan.
La música cambia tu conducta
No obstante, la música no únicamente influye nuestro estado emocional, sino que también altera y puede determinar nuestra conducta. Puede incitarnos a beber más alcohol, a comprar más productos de los que necesitamos cuando estamos en una tienda, o incluso a que cometamos actos que atentan contra nuestros principios morales.
La música que escuchamos y la personalidad pueden estar fuertemente relacionadas. No cabe duda de que la música afecta a nuestra manera de percibir el mundo: es mucho más que un mero entretenimiento.
1. La música frenética optimiza tu rendimiento
Habitualmente, solemos conceptualizar la ira como una emoción negativa, pero esta sensación puede también canalizarse para obtener resultados positivos. La ira nos facilita el poder mantener la concentración en la recompensa, incrementa nuestro tesón y hasta nos aporta una dosis extra de optimismo para afrontar los retos.
En una interesante investigación que fue llevada a cabo por la Universidad de Stanford y el Boston College, varios estudiantes fueron dispuestos a jugar a un videojuego. Antes de empezar la partida, unos participantes escucharon música neutra, animada o frenética. Las conclusiones fueron reveladoras: aquellos estudiantes que oyeron música frenética, fueron estimulados mejor y reportaron mejores resultados, al estar más predispuestos para la tarea.
Según informaron los académicos, la mejora en el rendimiento que provoca este tipo de música solo es efectiva en contextos de rendimiento competitivo.
2. La música nos predispone al amor
Si tu objetivo es dar una buena imagen de ti a una persona que deseas, un elemento decisivamente positivo será poner música romántica de fondo. Aunque pueda sonar a mito popular o a cliché, lo cierto es que una investigación de la Universidad de Bretagne-Sud confirma esta máxima. Los académicos reclutaron a mujeres jóvenes y les invitaron a esperar en un salón. Durante estas espera, por los altavoces del salón fue retransmitida una música neutral, o bien una música romántica. Al cabo de diez minutos, las mujeres conocieron al entrevistador, quien en un momento dado de la entrevista, flirteó con cada una de las mujeres y les pidió su número de teléfono móvil. ¿Qué ocurrió?
Solamente el 28% de las mujeres que habían oído la música neutral antes de la entrevista dieron el número al entrevistador. Sin embargo, un 52,5% de las mujeres que habían escuchado música romántica sí accedió a informar de su número de teléfono. Los contrastes, como vemos, fueron muy significativos.
3. La música atenúa el dolor
Son conocidos algunos pequeños trucos para aliviar el dolor, y no todos ellos pasan por tomar un analgésico. Muchos especialistas recomiendan que el consumo de fármacos sea siempre el último recurso, puesto que existen otras técnicas para sentirse mejor. Una investigación realizada en la Bishop University demostró que escuchar música tiene propiedades que alivian el dolor.
En esta ocasión, los investigadores reclutaron a ochenta personas, a las cuales administraron estímulos que les causaban un leve dolor emocional. Mientras eso sucedía, algunos permanecían en silencio, otros podían desviar la mirada y podían contemplar algunos cuadros famosos, y un tercer colectivo escuchaba música que les agradaba especialmente. De este modo pudo apreciarse que los que escuchaban música reportaron una menor ansiedad, menor percepción de dolor, y un incremento de la tolerancia al mismo respecto a los sujetos de los otros grupos.
Varios estudios anteriores al de Bishop han apuntado que las personas que oyen música diariamente son menos propensos a mostrar sintomatologías propias de los trastornos de ansiedad o depresivos. Ninguno de los estudios pudo comprobar relación alguna entre el estilo de música y sus efectos positivos para el estado de ánimo de quien la escucha, ni su efecto de reducción del dolor. Por tanto, todo parece sugerir que la clave de las propiedades positivas de la música es la preferencia personal y el goce que causan a cada persona.
Referencias bibliográficas:
Guéguen, N. et. Al. (2010) Love is in the air: Effects of songs with romantic lyrics on compliance with a courtship request” from Psychology of Music. Psychology of Music; 38(3): 303-307.
Mitchell, L. A. et. Al. (2008) An investigation of the effects of music and art on pain perception. Psychology of Aesthetics, Creativity and the Arts; 2(3): 162-170.
Tamir, M. et. Al. (2008) Hedonic and Instrumental Motives in Anger Regulation. Psychological Science; 19(4): 324-328.